Este 26 de agosto de 2022, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) organizó el Café Científico “Pueblos indígenas de Panamá sus valores y problemas” con el fin de honrar a los pueblos originarios que habitan en el territorio nacional.
El 23 de diciembre de 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el propósito de proteger los derechos de los pueblos originarios, mantener sus culturas, estilos de vida, reconocer sus identidades y el derecho sobre sus territorios tradicionales y recursos naturales.
Panamá tiene ocho pueblos indígenas (Ngäbe, Buglé, Guna, Emberá, Wounaan, Bri Bri, Naso Tjërdi y Bokota), los cuales representan el 12.2% de la población del país según el censo de 2010. Estos son los guardianes del 32% de los bosques naturales y encabezan la lista de las comunidades con pobreza extrema del país.
Los pueblos originarios también conocidos como pueblos indígenas cuentan con lenguas propias, estructuras políticas, económicas, sociales, culturales, tradiciones, historia, filosofía, territorios y recursos naturales.
En su presentación el sociólogo Jesús Alemancia indicó que uno de los temas de la Agenda Indígena Nacional e Internacional más actual es la reflexión y debate sobre el desarrollo indígena. “El tema del desarrollo socioeconómico de las sociedades nacionales de Abya Yala (nombre más antiguo del continente americano en lengua Guna) ha estado dirigido a integrar los territorios indígenas para ampliar y fortalecer el mercado interno o para la captura de divisas internacionales otorgando los bienes comunes que existen en el territorio en concesión a las corporaciones internacionales”, manifestó Alemancia.
La respuesta de las organizaciones y de los indígenas intelectuales ha sido presentar una visión propia que a través de distintas ideas y conceptos como etnodesarrollo, desarrollo indígena, proyecto de vida indígena y buen vivir expresen su sentir. Por ejemplo, para el régimen autonómico de Guna Yala ha sido una tarea permanente de reflexión y construcción de experiencias, cuya meta primordial es tener el control sobre la organización y los beneficios que generen las actividades económicas en el territorio.
Por su parte, la Dra. en antropología Julia Velásquez abordó temas enfocados en los indígenas Emberá y Wounaan. “Estos dos grupos son distintos, sus historias están documentadas en las tierras y aguas de Panamá y Colombia”.
Los Emberá y Wounaan pertenecen a la familia lingüística Chocó, mientras que los demás grupos originarios hablan lenguas chibchas. “Estos idiomas son complejos; sin embargo, ambos grupos desean tener educación bilingüe y bicultural, mediante la enseñanza en escuelas según los compromisos de la Constitución y la Ley 88 de 2010”, recalcó la Dra. Velásquez.
Así mismo, la Dra. Julia comenta que el mayor reto y la máxima prioridad para los Wounaan es la seguridad territorial y la de sus recursos naturales. “Hay que destacar que los Emberá y los Wounaan han estado luchando durante más de cincuenta años para legalizar las tierras donde han vivido y para evitar la extracción de recursos sin su consentimiento”.
Cabe decir que la Comisión de Alto Nivel de los Pueblos Indígenas, convocada por el Gobierno desde julio, ofrece la promesa de coordinar las agencias gubernamentales relacionadas con la extracción de las tierras y los recursos, con el fin de defender los derechos indígenas conferidos por la Constitución, las leyes nacionales, y las convenciones internacionales de los cuales Panamá es signatario (como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas).
Al finalizar su presentación, la Dra. Velásquez añadió que en esta época donde se le presta atención a los daños que los seres humanos le causan al mundo, los Wounaan muestran que pueden fomentar relaciones de cuido mutuo, incluyendo la conservación de los no humanos por medio de la cestería y tallados.
El antropólogo Kevin Sánchez enfocó su exposición desde el concepto de resistencia e identidad, comentando que el pueblo Bri Bri ha centrado sus esfuerzos en asegurar su territorio a través de la lucha por lograr el reconocimiento de sus tierras bajo una figura jurídica.
“La lucha por el reconocimiento de la identidad y existencia del pueblo Bokota o Uga Chere, como etnónimo reivindican en dos tipos de resistencias y luchas, una de ellas se basa en una fuerte vía territorial y la otra en una ruta identitaria de reconocimiento nacional.
El sociólogo Blas Quintero de la Fundación ACUM, desarrolló puntos relacionados con el grupo Ngäbe y su alimentación, “Ni tda muma inso sribire krörö Bababatda (Así cultivamos porotos en Cerro Flores.), Estrategia de adaptación al cambio climático y a la soberanía alimentaria”. Quintero presentó un estudio de caso de la actividad agrícola del cultivo de frijoles (porotos) con las técnicas de cero labranzas en rastrojos como una habilidad para asegurar la soberanía alimentaria y como estrategia de adaptación al cambio climático.
A través de su presentación, Quintero, resumió las iniciativas de varias comunidades de la Comarca Ngäbe donde sus familias emprendieron desde finales de la década de 1980 acciones para cuidar sus recursos naturales (bosques, agua, territorio, etc.). Añadió que en los últimos años han construido un Plan de manejo de sus recursos bajo el lema: Kötogwä abro nire, kätogwä abro deme que significa que “Los bosques vírgenes están vivos, los bosques son sagrados”.
Al finalizar el café científico Marixa Lasso, comentarista de la actividad, concluyó que las riquezas culturales de los pueblos indígenas no transcienden los límites de sus territorios debido a los lentes culturales procedentes del siglo XIX que establecen una idea de nación homogénea que impide el desarrollo de las riquezas de los pueblos originarios y por ende de sus derechos.
En el Café Científico participaron como panelistas sociólogos y antropólogos estudiosos de los pueblos originarios de Panamá. Estos expositores fueron Kevin Sánchez y Jesús Alemancia de la Escuela de Antropología, Universidad de Panamá (UP); Blas Quintero, director de Acción Cultural Ngäbe e investigador social y educador popular del departamento de Sociología en la UP; la Dra. Julia Velásquez Runk, directora del programa y profesora de estudios de medio ambiente y sostenibilidad de Wake Forest University, Carolina del Norte Estados Unidos; y la Dra. Marixa Lasso, directora del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales (CIHAC AIP), quien fue comentarista del Café Científico.